¿No te parece?
Hoy es sábado. Estoy con los niños en casa, sentada en el ordenador, con un café que ya acabé de tomar y creando un nuevo proyecto. Es una asignación de los guías, como siempre, que me llena de ilusión y de ganas.
La frase que acabo de escribir dice así: «El mundo es un lugar maravilloso. Mi misión hoy es dar amor y vivir aquí y ahora». «Céntrate en eso hoy. No dejes que el pesimismo te invada. Enfócate en el amor infinito que tienes en tu corazón y dedícate hoy a repartirlo a quien se te cruce por delante. ¿Es un día de desafíos? Seguro que sí, pero tu reto es dar amor y centrarte en el aquí y en el ahora, todo está bien en tu mundo».
¿Ya sabes por dónde va la cosa? Pues, sí, en eso estoy ahora mismo. Y esta frase me lleva a esta reflexión.
El mundo es maravilloso, así como es. Tiene todo lo que necesitamos para desarrollarnos, para vivir plenamente, para ser felices, para dar amor. Y, ¿qué hacemos nosotros? Buscamos lo que nos falta, nos centramos en lo negativo, vivimos dándole importancia a la insatisfacción, a las decepciones, a lo que no queremos en nuestra vida… ¿te das cuenta o no?
Hoy es un día maravilloso para abrir los ojos. Para ver la luz del sol. Para respirar. Para dar besos. Para dar gracias. Para ver las cosas maravillosas que tienes a tu alrededor. El mundo es maravilloso.
Si hoy estás viviendo un momento difícil, una enfermedad o un familiar enfermo, te abrazo y te acompaño de corazón. Cierra los ojos, toca tu corazón y mira hacia adentro.
Todo está bien en este momento. Aunque sientas dolor, todo está bien. Dentro de ti hay luz y esa luz es infinita. Es sanadora. Contiene todo el amor del mundo. Contiene toda la sabiduría del mundo. No necesitas nada más. Cuando sientas dolor, aférrate a esa luz. Cuando sientas vértigo, aférrate a esa luz. Cuando sientas miedo, aférrate a esa luz.
Tú eres luz y el mundo es maravilloso.
Te quiero, que no se te olvide.