¡Qué día tan maravilloso el día de hoy!
Y mira que empezó «rarusco». Raro por decir algo, porque en lo que me levanté de la cama le dije a Jordi «qué cansada estoy… y es lunes».
Lo de que es lunes es como una sentencia, ¿no? Es lunes y si estás cansada, verás el día malo que tendrás… ¿a que sí? Eso es lo «normal». Lo que pensamos en automático.
Pero, ¿sabes qué? No es cierto, ni tiene por qué serlo.
Y yo, como cada día, tomo los desafíos del día como lo que son, desafíos y nada más. Es decir, yo no permito que nada fuera de mí (como mi pensamientos automáticos o mis creencias antiguas) decida qué día voy a tener.
Cómo llevo mi vida es mi elección. Cómo me enfrento a cada día es mi decisión. Y mira que estaba muy cansada esta mañana.
Me levanté, me duché, me maquillé como cada día. Saqué a mi perrito. Este pequeño paseo confieso que me da la vida, porque ese aire frío y esa pequeña caminata a primera hora me sienta de maravilla. Y aprovecho para escuchar noticias, que me encanta, porque soy una friki de la actualidad y la política, ¿a que no lo sabías?
Bueno, que me desvío, subí las tres plantas por las escaleras, como cada día, vestí a las niñas e hicimos toda la rutina mañanera y dejamos a los niños en el cole.
Cuando volví a casa, vuelta a subir por las escaleras y comencé a prepararme el desayuno. Yo desayuno después de dejar a los niños en el colegio, porque me gusta desayunar tranquila y sin prisa. Hoy especialmente.
Desayuné, dejé todo en orden y café con leche en mano me senté en el escritorio, decidida a que hoy sería un día maravilloso, porque yo así lo estaba eligiendo.
¿Qué hice, entonces? Lo primero que hice fue coger mi diario de agradecimiento. Escribí cuatro líneas de nada, solo para recordarme que soy afortunada. Aún estando así de cansada.
Me tomé mi querido Frankincense, que es el aceite que uso cuando voy a conectarme con mis guías, porque es un aceite que provee luz y limpia residuos energéticos. Cogí el péndulo y así fluyó todo.
Grabé dos vídeos con el péndulo. Grabé un vídeo con el oráculo de los ángeles y los ancestros. Grabé un vídeo para presentarte el curso de Manifestar a lo grande. Grabé un vídeo contando la historia de cómo manifesté a mis dos niñas a través de una meditación con visualización. Cociné. A las 2:00pm tuve el live con Yuri de @unamamaconectada. Comí. Tuve a una paciente maravillosa a las 3:15pm y al salir busqué a los niños, merienda, más trabajo editando y publicando… y aquí estoy, a las 9:32pm del mismo día que amanecí muy cansada contándote todo esto. ¿Qué te parece? ¿No es alucinante? A mí me lo parece.
A mí la luz, el compartir y el trabajar con pacientes me recarga la energía, me llena, me da ánimo. Es a lo que yo llamo «la magia de la luz». La luz recarga mi batería espiritual y física.
Y no te creas que te estoy contando esto para que te compares conmigo y saques conclusiones sobre tu día o tu vida, es solo para que te des cuenta que tener un buen día es tu elección y que tienes a tu disposición tus propias herramientas para hacerlo. Todas son buenas. Las que te sirvan a ti serán las mejores para ti.
Elige eso. Elige tener un buen día, incluso aunque todo parezca que «debería» ser lo contrario. No hay nada escrito, ni mandado. Está en tus manos y puedes elegir. Elige tener un buen día y una buena semana.
¿Ya te he dicho que te quiero?
Pues, te quiero. No me voy a la cama sin decírtelo.
Gracias por estar aquí conmigo siempre y gracias por el cariño.
¡Hasta la próxima!